Perjuicio patrimonial civil GMH ABOGADOS Bogotá

Perjuicio patrimonial "El daño patrimonial es aquel que sufre el perjudicado en la esfera de su patrimonio, entendido como conjunto de bienes y derechos de naturaleza económica" Tratado de la responsabilidad civil. Cuantificación del daño - Marcelo López y Félix trigo Los daños patrimoniales, de conformidad con lo establecido por el artículo 1614 del Código Civil, se materializan en dos tipos de perjuicios: DAÑO EMERGENTE El daño emergente es el perjuicio o la pérdida que proviene de no haberse cumplido la obligación o de haberse cumplido imperfectamente, o de haberse retardado su cumplimiento. Es decir, es cuando un bien económico, ya sea dinero o una cosa, salió o saldrá del patrimonio de la víctima. No hay una fórmula para calcular el daño emergente, ya que depende de los gastos que ha tenido que hacer el perjudicado por el incumplimiento o la acción ilícita. Para ello, se pueden usar facturas, informes periciales o cualquier otro documento que acredite el monto del daño. Por ejemplo, si has sufrido un accidente de tráfico y el vehículo ha quedado inservible, el daño emergente sería el valor del vehículo o el costo de su reparación. Le corresponde al apoderado de la víctima explicar los gastos en los que incurrió su representado a efectos de conjurar las consecuencias del daño y presentar los medios probatorios para soportar el referido detrimento. El daño emergente se divide en 2: Daño emergente consolidado: Es una especie de reintegro de gastos, se requiere la prueba de su efectiva realización. Ejemplo, gastos en que habría incurrido la víctima en procedimientos médicos para la recuperación de su salud afectada con el accidente de tránsito; arreglo del vehículo automotor. Daño emergente futuro: Es aquel que se proyecta más allá del momento del daño y que se deriva de un daño emergente presente. Por ejemplo, los costes de una futura operación médica por una lesión causada por un accidente. El daño emergente futuro también se puede reclamar y peritar, pero se debe demostrar su causalidad y probabilidad. En estos casos, la víctima o el reclamante la indemnización en una suma única anticipada, que se supone producirá un rendimiento hasta el momento en que se produzca la erogación correspondiente. Un ejemplo de daño emergente futuro es cuando debido al daño sufrido la persona debe seguir en tratamiento médico por varios años, es decir, el daño futuro está constituido por los tratamientos médicos, quirúrgicos, gastos de transporte, medicamentos, etc., necesarios para atender las afecciones recibidas. Otro ejemplo sería cuando la persona a futuro puede requerir una prótesis y sesiones con un fisioterapeuta. Al respecto, la Jurisprudencia nacional ha considerado que: “(…)el daño objeto de reparación debe ser cierto, pero no necesariamente debe ser actual, porque el daño cierto y futuro, como igualmente se ha sostenido, también es indemnizable, tal como ocurre con las lesiones o secuelas que afectan la integridad física personal y exigen una atención médica o quirúrgica. Estas lesiones o secuelas son el daño mismo, por ende, cierto. Desde luego que el daño futuro, cierto e indemnizable es tal en tanto sea susceptible de avaluación en el momento en que se formula la pretensión y sea desarrollo de un daño presente. En consideración a lo expuesto, aparece claro que las lesiones producidas en la integridad física de una persona son indemnizables con independencia de que haya habido o no atención médica y la erogación económica correlativa, pues se dan las condiciones que el daño debe reunir para que sea indemnizable, cuales son la afección de un interés propio (la integridad física personal, para el caso), que sea cierto y que no haya sido reparado, además de la posibilidad avaluativa, que para el caso es el costo de la atención médica Luego señala la Corte que “(…) ‘l daño emergente abarca la pérdida misma de elementos patrimoniales, los desembolsos que hayan sido menester o que en el futuro sean necesarios y el advenimiento del pasivo, causados por los hechos de los cuales trata de deducirse la responsabilidad.. Nota: La suma reconocida por Daño emergente se puede indexar, usando la siguiente formula: VaVp X índice final índice inicial Despejada está, Se tiene: va Valor histórico vp, multiplicado por el índice de precios al consumidor del mes correspondiente al de la actualización (índice final) dividido por el IPC del mes a partir del cual ha de comenzar la actualización (índice inicial). Ejemplo práctico: El daño emergente es de 1.140.000 dinero que se pagó según la factura el 28 de junio del 2003 y la fecha de la sentencia es agosto del 2016, entonces se tiene que el IPC para agosto del 2016 fue de 132.85 y para junio del 2003 era de 74.97 lo que da el siguiente resultado: Va1.140.000 X 132.85 $2.020.128,05 74.97 LUCRO CESANTE El lucro cesante es la ganancia o provecho que deja de reportarse a consecuencia de no haberse cumplido la obligación, o cumplido imperfectamente, o retardado su cumplimiento. El lucro cesante se consolida cuando un bien económico debe ingresar al patrimonio de la víctima en el trascurso normal de las circunstancias, empero ello no sucedió o no ocurrirá. Dicha lesión subsana las pérdidas que sufrió una persona como consecuencia de las ganancias frustradas en el pasado o en futuro por el hecho dañino, es decir, se reemplazan las ganancias que el bien dejo de reportar. C-750 de 2015. Se debe diferenciar el perjuicio denominado actual en contraposición del distinguido como futuro, según el momento en el que se le aprecie, que corresponde, por regla, a la fecha de la sentencia. Aquel equivale al daño efectivamente causado o consolidado y este al que con certeza o, mejor, con un ‘alto grado de probabilidad objetiva’ sobre su ocurrencia, según expresión reiterada en la jurisprudencia, habrá de producirse. Tratándose del lucro cesante, el actual es la ganancia o el provecho que, se sabe, no se reportó en el patrimonio del afectado; y el futuro es la utilidad o el beneficio que, conforme el desenvolvimiento normal y ordinario de los acontecimientos, fundado en un estado actual de cosas verificable, se habría de producir, pero que, como consecuencia del hecho dañoso, ya no se presentará. (STC11857-2020 ) Para calcular el lucro cesante en caso de muerte se tiene en cuenta el valor establecido del salario mensual devengado por la víctima para la época del daño, si no es posible determinar cuánto era su salario se tomará como base el salario mínimo o en algunos casos, su salario promedio mensual, la edad de la víctima al momento de su fallecimiento y la expectativa probable de vida de la víctima. Para calcular el lucro cesante en caso de lesiones, se tendrá en cuenta la pérdida de capacidad laboral, la edad al momento del daño y la expectativa probable de vida. Es importante resaltar que en atención al artículo 2357 del Código Civil, ‘la apreciación del daño está sujeta a reducción, si el que lo ha sufrido se expuso a él imprudentemente’. Por lo tanto, las condenas a imponer se reducirán cuando la conducta imprudente influyó en grado similar al atribuible a su contraparte, en la causación de los perjuicios que finalmente se vio llamado a soportar, reducción que por lo general equivale a un 50%. Fórmulas usadas por los despachos judiciales para establecer el lucro cesante: Una menor de edad por negligencia médica se le causo secuelas neurológicas de tipo motriz, intelectivo, de comunicación y percepción, de origen isquémico, que le causo una pérdida laboral del 94%. Por su pérdida de capacidad laboral a título de lucro cesante, se le reconoció una indemnización equivalente a un salario minino a partir de la época en la cual cumplirá 18 años de edad y hasta su expectativa de vida probable. Es decir, se contabilizo cuantos meses había entre la fecha que cumplía los 18 años y la fecha de expectativa de vida probable y ese número de meses se multiplico por el salario mínimo vigente, dicha fórmula fue ratificada en sentencia SC3919 del 2021. Una persona fallece por una mala praxis médica, su esposa e hijo demandan y piden lucro cesante a favor de la esposa e hijo de la siguiente forma: (SC042-2022) Esposa: El resultante de multiplicar lo que se ganaba como ingeniero por el número de meses existentes desde la fecha del fallecimiento hasta la expectativa de vida. Hijo: El resultante de multiplicar lo que se ganaba el occiso como ingeniero por el número de meses existentes entre la edad del menor hasta el cumplimiento de sus 25 años. Corte Suprema de Justicia. Sentencia SC del 9 de agosto de 1999. M.P. José Fernando Ramírez Gómez. Exp. No. 4897. Corte Suprema de Justicia. Sentencia SC16690-2016. M.P. Álvaro Fernando García Restrepo. 17 de noviembre de 2016.