La Corte examinó el recurso de revisión interpuesto por Sergio A. Gutiérrez contra la sentencia de 2017 que confirmó la validez de un ejecutivo basado en dos letras de cambio. El solicitante sostuvo que el acreedor y su ex pareja “fabricaron” los títulos, inflaron las sumas y maniobraron para embargar solo su patrimonio. Invocó colusión y la actuación negligente de su anterior abogado.

Tras revisar el expediente, la Sala constató que las supuestas maniobras podían —y debían— haberse alegado en el proceso ejecutivo, donde incluso se discutió la autenticidad de una de las letras y la excepción de pago. El recurrente, pese a contar con asistencia letrada, dejó vencer las oportunidades probatorias y presentó la revisión como “tercera instancia”.