Separación y mascotas ¿custodia compartida? o ¿propiedad compartida?

Separación y mascotas, ¿custodia compartida?, o ¿propiedad compartida? Por: Dairo Mateus Estrada CEO GMH Abogados Según estudios realizados por prestigiosas universidades, cada día más las parejas prefieren adoptar una mascota que tener un hijo, y Colombia no es ajena a esa nueva normalidad, según cifras de la firma de consultoría Kantar World Panel, en Colombia hay 3,5 millones de hogares con mascotas y según estadísticas del DANE la tendencia de la población es tener menos hijos y más mascotas. Pero, más allá de tener una mascota, la tendencia es a querer a la mascota como un hijo, se está volviendo común ver a las personas celebrarle cumpleaños a su mascota, comprarle ropa, llevarlos a pasear, a spa, odontología, y demás que involucre cuidado personal e incluso algunos bancos ofrecen un seguro para mascotas. Cuando esto sucede, cuando el amor y el trato hacia una mascota se compara con el de un hijo, pasa a convertirse en una familia inter especie. Y es que en los últimos años, la configuración clásica de la familia está consiguiendo trascender y adaptarse lentamente al nuevo contexto social, este es el modelo familiar inter especie. En él, los humanos y las mascotas gozan del mismo nivel jerárquico dentro del hogar, y como toda transformación del contexto social, lleva implícita una transformación del contexto jurídico, nos surge la pregunta ¿Qué pasa con la mascota luego de una separación? Lo primero que debemos decir, es que en Colombia existe un vacío legal sobre este tema, no existe una regulación sobre la familia inter especie, si apelamos a la concepción estrictamente normativa, teníamos que definir el futuro de una mascota, como el de cualquier otra propiedad, esto, teniendo en cuenta que el artículo 655 del código civil establece los animales como bienes muebles y por ende son susceptibles de apropiación. En este punto, y aun cuando la ley 1774 del 2016 reconoció la calidad de seres sintientes a los animales, no los elevo a categoría de seres humanos. Es por eso que, normativamente hablando, las mascotas serían parte del proceso de liquidación de la sociedad conyugal o patrimonial. A pesar de su nuevo estatus de seres sintientes, cuando existe una separación, las mascotas conservan la categoría de “bienes muebles”. y por ende su regulación en el divorcio será bajo esta normativa, por lo que lo primero que se debe acreditar es la propiedad, y el futuro de la mascota sería así: Los bienes muebles que los cónyuges adquirieron antes del matrimonio por lo general entran, pero de la misma manera salen al ser liquidada la sociedad conyugal a menos que hayan sido aportados a dicha sociedad. Esto se traduce a que “el dueño legal de una mascota adquirida antes del matrimonio, es quien adquirió. La otra persona no tiene derechos sobre la mascota" Ambos miembros de la pareja son dueños legales si el perro fue adquirido dentro del matrimonio. En el primer evento, la solución es sencilla, la mascota vuelve con su dueño original. En el segundo evento se torna más complicado, la mejor opción es solucionar mediante una conciliación, de hecho en Colombia en el 2019 existió la primera conciliación llevada a cabo en la Comisaría de Familia de la Comuna 16 (Belén) de Medellín, en la audiencia de conciliación, se fijo la cuota alimentaria, cuidados y régimen de visitas en favor de un animal de compañía (canino), acogido en adopción durante la convivencia de una pareja. En este punto, teniendo en cuenta la normatividad, estaríamos hablando de “propiedad compartida”. Pero ¿Qué pasa si la expareja no logra ponerse de acuerdo, y llevan la disputa a estrados judiciales? En el evento en el que existan menores de edad que puedan verse afectados por la indefinición, se podría definir la tenencia no como un derecho derivado de la patria potestad, sino como una medida de protección ante la eventual vulneración de los derechos del menor, teniendo en cuenta que los menores se encariñan con las mascotas, y en este caso, la mascota estaría con quien le corresponda la custodia del menor. En principio, apelando estrictamente a la normatividad actual, el juez debe rechazar de plano una posible demanda de custodia y regulación de visita de una mascota, y deberá definir la propiedad en el proceso de liquidación de la sociedad conyugal o patrimonial. Teniendo en cuenta aspectos subjetivos, como por ejemplo quien lo adopto y costeo la mayoría de sus gastos. Para ello, se considera la aparición en documentos de la mascota, como certificados de adopción, cartillas de vacunación y otros informes veterinarios, e incluso puede optar por establecer una propiedad compartida. Desde una concepción jurisprudencial, la decisión en una separación puede ser diferente, aunque, en Colombia, la jurisprudencia solo se ha pronunciado con respecto a la protección de los animales como seres sintientes, el deber de cuidado y solidaridad social. En la jurisprudencia extranjera, sobre todo en España, se ha avanzado significativamente sobre la custodia y regulación de visitas de una mascota y se pueden dar 3 eventos según el caso: 1— Custodia única: Esta se otorga al demostrar que uno de los cónyuges no está en capacidad económica de mantener al perro, o cuando se prueba que ha incurrido en actos de maltrato. 2— Custodia compartida de perros: El juez puede determinar un régimen de visitas y establecer quién se encargará de los cuidados principales del perro. para lo cual además del régimen de visitas debe alternar la estancia en la vivienda de ambas personas. si viven en diferentes ciudades, el perro puede alternar una estancia de varios meses en casa de uno y otro. 3-Custodia de la mascota en el caso de existencia de hijos menores: como se menciono en líneas anteriores, en este caso la mascota estaría con quien le corresponda la custodia del menor. Esto se debe a que la relación entre los niños y las mascotas acostumbra a generar lazos muy fuertes y la ruptura puede llegar a ser traumática para los hijos de la pareja. Si el juez considera que es bueno para el niño no separarse de la mascota, así lo acordará. En todo el caso, el juez en una separación deberá tener en cuenta varios aspectos tales como: Liquidez económica de las personas. Tiempo para dedicarle al perro. Antecedentes de maltrato. Existencia de niños en el núcleo familiar. Bienestar de la mascota. Grado de afecto a la mascota. Para concluir debemos decir que en Colombia actualmente solo se puede hablar de propiedad compartida y no es posible solicitar la custodia de una mascota en una proceso de separación, al estar ella limitada a los hijos. No obstante, sí se pueden utilizar otros métodos para llegar a la solución, lo ideal es siempre intentar llegar a un acuerdo amistoso sobre quién se queda con la mascota. Columna anterior: ¿CSJ y la apertura de Juzgados pa cuando? Fuente: — Sentencia 88/2019 de 27 May. 2019, Proc. 1068/2018 Juzgado de Primera Instancia N°. 9 de Valladolid, — Sentencia nº 818/2016, de 24 de noviembre, de la Sección 6.ª de la Audiencia Provincial de Málaga. — https://www.ambitojuridico.com/noticias/informe/civil-y-familia/animales-como-miembros-de-la-familia-es-necesaria-una-regulacion